Historia

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En 1928 Antoni Serra Cardell, agricultor, se inició en el comercio de los productos agrícolas, vendiendo los que él mismo cosechaba, en el mercado de la Plaza Mayor de Palma, naturalmente con un carro tirado por una mula. En poco tiempo, él solo fue insuficiente y contrató a otra persona a la vez que adquirió un nuevo vehículo.

Este fue el origen de la empresa.

En 1932 Antoni Serra Cardell se decide a adquirir un vehículo más ‘consistente’ que los carros hasta entonces utilizados. Su primer camión, un ‘Ford – Petada’, como era vulgarmente llamado, por supuesto de segunda mano. Fue toda una revolución para una población tan pequeña, Sa Pobla.

En 1935 compró un Camión Chevrolet que, más adelante, al iniciarse la guerra civil española, fue requisado por el Gobierno. Se le instaló un tanque en su parte posterior, y se dedicó al transporte de combustible para los aviones que llegaban a la Base de Son Sant Joan. La mala fortuna hizo que uno de esos aviones, al ser derribado, cayera sobre él. Nada se pudo recuperar. Años más tarde se hizo una reclamación para recuperar su valor pero fue inútil.

En 1939 adquirió un Hispanosuiza, con el esfuerzo económico que ello suponía. Eran años de escasez. Para poder sufragar los gastos el vehículo se dirigía a Palma cargado con patatas y a la vuelta transportaba pasajeros.

En esta época los medios eran rudimentarios. Se envasaba la totalidad del producto sin calibrar. Se pesaba con una pesadora rudimentaria, y se ponía una etiqueta con el peso del saco.

Se vendían los contenidos. El envase, un saco de esparto, tenía que devolverse a su vendedor. Su peso oscilaba entre 50 y 60 Kg.
Al lado del ‘safareig’, lavadero de la casa, se habilitaba una pica con agua en la que se echaban 300 o 400 Kg. de patatas para lavarlas con los pies. Eso sí, con las ‘Katiuskas’ puestas.

Fue una época de miseria para todos. Hubo una crisis de combustible y los camiones tenían que funcionar con gasógeno. Tampoco había neumáticos y los que había se parcheaban incluso con hilos metálicos. Era dificilísimo obtener repuestos.

El comercio estaba muy restringido. El Gobierno tenía el control total. Los agricultores entregaban la cosecha a una entidad denominada CREPA, la cual era la encargada de su distribución en los mercados y puestos reguladores.

Se liberaliza el mercado y se mejoran las condiciones generales. Se construye el Mercado del Olivar con un sótano para mayoristas; una planta baja para la venta al por menor y una planta alta para los ultramarinos, carnicerías y pescaderías.

Fue en este moderno mercado donde Antoni Serra se decide a comprar un primer puesto. Ya gozaba de la ayuda de sus hijos.

Más adelante se adquiere un segundo puesto en el mismo mercado y se comienza la exportación de patatas a Inglaterra.

Antes de la guerra, D. Pere Antoni Aguiló, viajando a ese país por otras cuestiones, descubrió que era un mercado potencial extraordinario. Conoció a una serie de personajes y les propuso adquirir la producción mallorquina.

Mientras tanto, D. Antoni Serra conoció a un grupo de exportadores que estaban interesados en la compra de mercancías de Sa Pobla, ofreciéndose a hacer de intermediario para ellos. Viendo que trabajar para otros no era lo rentable que él deseaba, comenzó a hacer su propia campaña y a comprar para él mismo.

Para ello era necesario conocer el mercado y mejorar las relaciones con los clientes. Mandó a su hijo Joan Serra Serra a trabajar y a estudiar inglés en Londres, con la ayuda del Sr. Persy Dalton, un inglés que se había afincado en Sa Pobla, y que poseía un negocio de cacahuetes. Gracias a él se le facilitó el visado, tan difícil de obtener en aquella época.

El Sr. Dalton le dio a conocer el mercado inglés de Spitafields y el joven Joan Serra inició sus andaduras trabajando. Le ofrecieron un empleo que le ayudó a pagar su manutención. Además, descubrió también el Covent Garden. Un mercado potencial muy prometedor. Joan tenía en aquella época 20 años.

Gracias a las actividades de su hijo en Londres se hizo la primera campaña de la empresa de D. Antoni Serra Cardell, en la que llegaron a exportarse 150 Tm. En la actualidad se mueven del orden de 250 TM día, a razón de 25 a 30 TM a la hora.

En 1961 murió Antoni Serra Serra y en 1963 murió el fundador, Antoni Serra Cardell. Años muy difíciles para la familia.

La titular del negocio pasa a ser Margalida Serra Pons, Viuda d’Antoni Serra. Es el nombre que ha perdurado a través de los años hasta la actualidad. El joven Joan queda como cabeza de familia y de la empresa, recayendo sobre él toda la responsabilidad del negocio.

En Palma se crea el mercado central, denominado Mercapalma. Se conceden facilidades a los comerciantes con puestos en el Mercado del Olivar para su traspaso a las nuevas instalaciones. Se decide aceptar el cambio y Margalida Serra adquiere en Mercapalma dos puestos.

En esos mismos años se adquieren los terrenos, de la actual calle Mr. Green, entonces parte de S’Hort de Gayeta. En ellos se construiría una nave de 1.000 m2, en los que todavía se encuentran las oficinas y la sede social. Hasta entonces se habían utilizado los bajos de la vivienda de Antoni y Margalida, de unos 200 m2.

Mientras, las campañas de exportación continuaban con un éxito creciente.

En 1961 se adquiere un camión SKODA. La operación tenía el visto bueno del I.M.E., Instituto de Moneda Extranjera, que ofrecía la posibilidad de adquirir un transporte extranjero a quienes poseían divisas. El camión, por cierto, en ese mismo año, se expuso en el ‘DIJOUS B0’ de Inca, como una pieza raramente encontrada por aquellos parajes.

Un hecho destacable de esa década es el nacimiento de los hijos de Joan Serra Serra: en 1963, los gemelos Joan y Antoni; en 1965, Margalida; y en 1968, el pequeño Andreu.

Coincidiendo con el ‘boom turístico’, Viuda d’Antoni Serra empieza a servir, además de en los mercados locales, a las principales compañías hoteleras, con ayuda de dos nuevos camiones.

También es cuando se instalan en Mallorca cadenas de supermercados dedicados a la alimentación que pasan a ser uno de los mercados principales para la empresa. Se adquieren nuevos medios de transporte de inferior tonelaje para facilitar el reparto en el interior de ciudades y pueblos.

La empresa inicia durante esos años, su verdadera expansión y su carácter de gran empresa, a pesar del retroceso que sufrió en los años posteriores.

Lo más destacable de esta década fue que, debido al gran impulso del cooperativismo, se sufrió una fuerte competencia, tanto en la producción como en la comercialización. Son los años de oro de la CAP, La Cooperativa Agrícola Poblense.

Viuda d’Antoni Serra estuvo a punto de cambiar de propietarios. En el último momento, prevaleció la voluntad de la familia y ‘todos a una como Fuenteovejuna’, se afrontó el futuro con renovadas ilusiones. Se inició lo que en la empresa se ha quedado en llamar ‘nuestra revolución industrial’.

A finales de la década se inicia una renovación de las instalaciones mediante modernas técnicas holandesas. Con la ayuda de un sistema de informatización de las mismas. Una innovadora calibradora de patatas capaz de conseguir calibres muy diferentes, con un mayor aprovechamiento del producto, así como su diversificación en el mercado. Una nueva máquina de lavado. Tolvas con caídas en cascada para evitar que el producto se golpeara. Cintas de recepción y envío de patatas. Y nuevos sistemas de paletizado con cartón, para cubrir las exigencias de los hipermercados. Fue una verdadera revolución.

En esta década la estrategia comercial de la empresa pasaba por darse a conocer y, como consecuencia, participó en varias ferias de alimentación que en aquellos tiempos se organizaban, como la Expomerca.

También en esta época es cuando la sociedad inicia la actividad basada en la distribución de productos congelados. En el futuro se convertiría en uno de los puntos más fuertes de la empresa.

Debido al volumen de negocio adquirido, se decide constituir la sociedad anónima denominada Viuda de Antonio Serra, S.A., concretamente el 19 de diciembre de 1983.

Durante los primeros años de los 90, gracias al amplio abanico de posibilidades que las nuevas instalaciones ofrecen, la empresa se encuentra en una fase excelente de comercialización e introducción de los productos en las principales cadenas de alimentación: Rebost, Syp, Aldis, Ifa, etc.

El producto se presenta ya perfectamente etiquetado: variedad, fecha de envasado, calidad, referencias, etc. En resumen perfectamente sellado e identificado.
En cuanto al mercado exterior, cabe destacar el fuerte empuje conseguido con la implantación de nuevas variedades tempranas y extratempranas que cubrirían las necesidades de los mercados ingleses en su mayoría, aunque también se inician las exportaciones en los alemanes.

En los congelados, la calidad de la patata que se empieza a distribuir y la introducción de los productos precocinados y las verduras, que tan buena aceptación tuvieron, permitieron contactar con pescaderías y carnicerías de toda Mallorca, llegando a ser clientes excelentes. Todo esto hizo necesario ampliar la flota de vehículos y adquirir dos furgonetas y dos camiones más de gran tonelaje.

Para los cítricos se adquirió, en un principio, una máquina de lavado, calibrado y encerado, de segunda mano que permitía obtener tres calibres diferentes, con una capacidad máxima de 3 Tm/hora.

Ello no permitía más que cubrir las necesidades de Mercapalma, sin posibilidad de compromiso para fuertes compradores como los hipermercados. No había capacidad para suministrar con la debida seriedad que caracteriza la labor de Viuda d’Antoni Serra.

En 1997 surgió la ocasión de adquirir las naves de la antigua CAP en Sa Pobla, concretamente en la calle Dr. Gómez Ulla, lo que permitió poder almacenar patatas con más facilidad y poder descongestionar el almacén de la C/ Enginyer Mr. Green.

En 1998 se acude a la subasta convocada por Semilla para la venta de las naves, en las instalaciones de “La Vileta”, hoy Polígono Industrial de Sa Pobla. Se adquiere una nave de 10.000 m2 en la que hoy se encuentran las nuevas instalaciones. Ha sido una apuesta muy fuerte pero era una ocasión que no se podía dejar pasar, ya que se necesitaban cambios rápidos y profundos, aunque supusieran grandes esfuerzos, tanto humanos como económicos.

En octubre de 1999 se adquirieron cuatro nuevos puestos en Mercapalma, dos de ellos con cámara frigorífica, lo que está permitiendo hoy ofrecer mejor servicio a los clientes interiores.

Entrar en el nuevo milenio ha supuesto, verdaderamente, un gran reto. Al igual que se ha iniciado una nueva era en el tiempo, también Viuda d’Antoni Serra ha entrado en una nueva era empresarial.

En marzo de 2000 se han inaugurado las nuevas instalaciones de la nave adquirida en el Polígono de ‘La Villeta’. No pudo ser de mejor forma que demostrando el potencial de los nuevos equipos para la campaña de exportación de la patata a Gran Bretaña. Realmente, a la vista de los resultados, sólo cabe un calificativo: IMPRESIONANTE. Las tareas se realizan en la mitad de tiempo.

La capacidad de producción es de 25-30 Tm/hora. Se consiguen cinco calibres diferentes al mismo tiempo. Es posible envasar a la vez patata para hostelería, patato, etc., incluso con formatos diferentes.

Lo que realmente ha supuesto un cambio en la forma de pensar de la empresa ha sido la instalación de unas naves de conservación y almacenaje capaces de contener en su interior hasta 800 cajas de 1.200kg cada una. Así se evita que la mercancía adquiera enfermedades, reverdezca o se pudra.

Se ha ampliado la posibilidad de envasado del producto hasta el punto que se puede realizar cualquier formato que el cliente desee y cubrir, así, todas sus necesidades.

El paletizado de los sacos es espectacular. Se realiza de forma automática mediante un sistema informatizado en el que es únicamente necesario que se digite el numero de sacos que se desea, se aporten al ‘palé’ y se coloquen.

Los cítricos poseen en la actualidad su propia sección en las nuevas instalaciones, con un equipo exclusivo para su manipulación.

Por último cabe destacar que se ha construido también una cámara frigorífica para el almacenamiento de los productos congelados, con un sistema de estanterías móviles. Tiene una capacidad de 900 ‘palets’, aproximadamente, distribuidos en tres niveles que cambian de posición mediante un equipo electrónico. Esto permite aprovechar al máximo el espacio y mantener el producto en condiciones óptimas de congelación.

En el campo de la exportación de productos, por antigüedad, Viuda d’Antoni Serra se ha convertido en la primera firma con más solera. Se han ido ampliando contactos con los mercados mayoristas y consiguiendo cada temporada mejores contratos con las mayores cadenas de supermercados.

En el transporte de este tipo de mercancías ha habido un cambio notable que ha consistido en pasar de realizarlo mediante barcos, que tardaban 8 días en completar su carga, 8 días para viajar y 5 días más en descargar, a enviar el género mediante camiones frigoríficos. En 72 horas consiguen situar el producto en el expositor del frutero inglés. A pesar de ser un sistema mucho más costoso es más conveniente por las exigencias de la clientela. Además se da más agilidad a la campaña, y ello hace que el agricultor confíe mucho más en la intervención de esta entidad.

Viuda d’Antoni Serra, con todas sus actividades industriales y comerciales, realizadas desde 1932, ha conseguido tener un gran peso en la economía de toda la región y un puesto destacado en el conjunto de las industrias de Baleares.